martes, junio 29, 2004

Poniéndome al día

Bueno... pues de regreso a la rutina. Tendría que escribir párrafos y párrafos para poder explicar todas las cosas que pasaron esta semana. Pero tampoco es plan. Así que haré un económico resumen que me permita encapsular algo del todo.

El lunes pasado eran casi las siete de la noche. Normalmente no me quedo hasta esas horas en la oficina, pero tenía cosas que hacer. Recibí una llamada y los planes cambiaron súbitamente. Era para ir a cubrir una conferencia de prensa en la Unión Europea el miércoles y claro, con todos los gastos pagados. Uhmm, esto coincidía con el puente de Sant Joan, así que sin detenerme a meditarlo acepté y en menos de 20 horas ya estaba arriba del avión que me depositó en suelo Belga. Tomé el tren y me fuí de inmediato a Luxemburgo a visitar a Chrescht. Era la fiesta nacional así que por petardos y fiesta no quedó la cosa. Nos divertimos mucho y a la mañana siguiente el primer tren con destino a Bruselas, me llevó hacía mi encomienda. Llegué temprano al edificio Breydel que aloja la sala de prensa de la UE y de ahí nos llevaron en un autobús al lugar en donde se realizó el evento, que tenía por nombre "Investigación alternativa". Menos de treinta periodistas de todas las nacionalidades, enfundados en trajes de americana y corbata, escuchaban la información referente a las pruebas de toxicidad y cultivos celulares. Después pasamos al laboratorio y cerró el evento el principe Laurence de Bélgica.
Necesito interrumpir la redacción de este post, ya que acabo de recibir un mail de la UE en donde me invitan a una cena en Bruselas para la presentación de los premios Descartes, el próximo 12 de julio. Acabo de enviar la confirmación y estoy felizzzzzzz

sábado, junio 26, 2004

Proximas entregas

No logro dominar este teclado. Estoy tan acostumbrada al otro que me siento como cuando comenzaba a hacer los trabajos a maquina en la secundaria... pero todavia peor. No solo tengo que buscar letra por letra, sino que ademas tengo que luchar contra la inercia de la memoria de los movimientos que ejecuto dia a dia al escribir... asi que sirva esto de avance de las proximas entregas:

-Llamada el lunes a las siete... intempestivo cambio de planes
-Conferencia de prensa en la Union Europea; principe incluido
-Un Sant Joan diferente... y fiesta Nacional de Luxemburgo
-Ia, ia, ooooo
-Reflexiones en el aeropuerto

y mas!

viernes, junio 25, 2004

First post in English

This is the first time I write a post in other language. And also is the first time I share my blog with somebody... at least, in the creating moment. But this week is a week of changes and I love that this also arrive to my post, that has become a special part in my life.
That's difficult to explain, and I'm fighting with this estrange keyword, so I'll finish this story in other moment. Sorry Chrescht!

lunes, junio 21, 2004

A dónde tiran tus ojos

Hace días que estoy con la idea de que el mundo no es más que el producto de nuestra imaginación. De nuestros propios pensamientos y como dice mi padre "atraemos lo que pensamos". Yo creo que simplemente lo ponemos en el punto de mira y lo demás lo dejamos "fuera de foco" como dice la canción.
Vengo de leer el blog de Carlos Jesús y encontré una interesante narración sobre como perdió su tenis, al caérsele desde un barco en el que daba un pequeño paseo por la orilla barcelonesa del Mediterráneo. Termina haciendo una analogía en donde dice que seguramente así es la soledad. Como su tenis que se quedó para siempre en el océano.
Esto me desencadenó un montón de pensamientos. Comenzando con el graffiti de la cruz invertida en la que fueron a parar mis ojos, en una pared de la escuela que está en contra esquina de mi casa, por donde paso todos los días.
Comentaba en el blog que es como cuando una mujer que está embarazada, ve muchísimas panzonas y niños por todos lados. Como si antes no estuvieran y de pronto salieran de un escondite todas de golpe.
Así es la vida, supongo. Recuerdo diferentes etapas de mi vida y en cada una de ellas me pasó encontrar sistemáticamente algo que hasta ahora no veía y que presumiblemente siempre había estado en mi entorno.
No paro de ver por la calle hombres de negro, seises, melenas… de toparme con algo que refiera enfermedades psiquiátricas, soledad, autodestrucción…
Es ridículo, pero los nombres de las calles que rodean mi casa, de las tiendas, los personajes de las películas que alquilo, todo se repite y me jala como un remolino. Pero he escuchado que en los pantanos y en los remolinos lo mejor es quedarse quieto y someterse a la inercia o al destino.

Letras traicioneras

Este fin de semana he escrito más que nunca. Saqué una gorda agenda del año pasado que se quedó en blanco (los últimos años de mi vida siempre me sobran agendas... supongo que la gente me ve tan estresada, que piensa --sin errar-- que es un regalo perfecto) y creo que sin intención real, escribí hojas y hojas. Fue el único paliativo que encontré para intentar detener los diálogos conmigo misma, o al menos para plasmarlos.
Como conclusión, creo que tengo que aprender a manejar el dolor que me causa la soledad... perder el miedo a no ser valorada y seguir adelante sin aferrarme a las cosas que me hacen sufrir y a las personas que no quieren estar conmigo.
Hace unos días me escribió Gina un mail en donde me decía "no sé por qué siento que cada vez duele menos" y me he acordado mucho de esa frase. Es verdad. Supongo que es parte de la domesticación cotidiana a la que estamos sometidos como especie.

miércoles, junio 16, 2004

Saturación

Podría escribirte un mail. Y sería no sólo más adecuado, sino más discreto. Pero no quiero. Me atrae la idea de seguir rompiendo los esquemas, hasta en esto. Sin temor a saturarte, lanzo estas líneas con la tranquilidad de que te llegarán sólo cuando las busques. Ni un instante antes.
Aún tengo la sensación de tu aroma en la nariz y de tus palabras dando vueltas repetidamente alrededor mi tímpano, sin lograr del todo tomar un sentido y --paradójicamente-- sin tampoco perderlo. Y sin embargo, nada es demasiado, aún.
Me encantó que dejaras los miedos por un momento guardados en el desván, que posaras para mis incipientes ansias de plasmarlo todo, que emprendieras un compromiso (por exótico que parezca) y que compartieras cosas conmigo.
Nunca había sido tan sincera, al grado del descaro. Y sin embargo a ti te basta y a mí me cuesta creerlo.
Lo siento, pero creo en los desenlaces. En lo efímero y en lo sublime. Pero también creo en la magia y en los vínculos que sobrepasan lo racional. En focalizar el momento. Y contigo los momentos son siempre buenos.

martes, junio 15, 2004

Adrenalina

Me acababa de sentar en el penúltimo asiento del autobús de la línea 15, en el que muchas mañanas pasó decenas de minutos rumbo al trabajo. Quedé del lado de la ventanilla luego de que un hombre se había levantado para dejarme pasar. Todavía no acababa de vanagloriarme de mi suerte por haber pillado el último asiento que quedaba libre, cuando escuché que justo la persona de atrás de mí gritaba "¡puta!". Comenzó la tormenta de preguntas a mi misma: ¿quién podría ser?, ¿se dirigía a mí?, ¿por qué me estaría insultando?. Ninguna respuesta. Pero muchas posibilidades pasaron por mi cabeza en segundos, desde las que parecían más absurdas hasta las más reales. Rigidez en el cuerpo. El estómago se me encogió en un certero movimiento y sentí un extraño hormigueo en el cuello. Logré percibir como se secretaba la adrenalina y pude sentir claramente como invadió mis brazos para después seguir su recorrido a través de mi torrente sanguíneo. No fuí capaz de voltear a ver a la mujer y en segundos escuche una nueva versión del insulto "¡puta, zorra, guarra... asquerosa, marrana!". Parecía enojada. Pero conforme aumentaba el número de repeticiones de los insultos, más me convencía de que era una persona que no estaba en su sano juicio. Ya fuera víctima de algún trastorno psiquiátrico o producto del consumo de alguna sustancia enervante. Era igual. El caso es que mi cabeza estaba a centímetros de ella y mi movilidad estaba completamente anulada por el hombre que estaba sentado a mi lado junto al pasillo. Pensar en que su enojo no era mi culpa, era algo que no me tranquilizaba. Por el contrario, seguía asustada pensando que quizá su lapsus podría terminar en un episodio de violencia, del que --por proximidad al menos-- me sentía incapaz de huir. Sólo deseaba que la mujer en cuestión bajara rápido, pues a mí me quedaba un largo camino por recorrer aún. Y mientras pensaba si debía pedir al hombre de mi lado que se moviera nuevamente para liberarme y seguir el trayecto de pie, temiendo que esto pudiera hacer enojar más aún a mi vecina de la retaguardia, seguían pasando las calles adornadas por insultos que se repetían cerca de mi oído.
Se desocupó un lugar junto a la violenta insultante, de la que aún desconocía el rostro. Una mujer se aproximó y se sentó. No se si en ese momento la compadecí o más bien sentí el alivio de sentirme acompañada en el trayecto y dividida en el riesgo de ser el objetivo de la que ya imaginaba como una psicópata asesina. Fantaseaba imaginando los titulares de las noticias del día siguiente. La descripción de los hechos, que seguramente en poco se parecería a mi propia percepción económicamente plasmada aquí.
La mujer recién incorporada a la escena también fue recibida con insultos. Pero parecía no inmutarse. Seguramente su atención estaba puesta en otra cosa que le impedía reaccionar o al menos, eso parecía. Pasado un momento tomó su móvil y llamó a un individuo al que nombraba Xavi. Tardó quizá un par de minutos hablando, inmersa en lo que parecía una no muy amistosa discusión sobre paternidad. Simultáneamente, cada frase que la señora dirigía a su interlocutor era repetida por la mujer que estaba a mis espaldas.
Por un momento la escena parecía virar al humor negro. Pero la telefonista no reaccionaba ante su repetidora, que sin discreción, amplificaba la discusión a los demás pasajeros. Colgó. “¿Quién era?, ¿Xavi?” le preguntó inmediatamente. “Si, es el padre de mi hija” soltó sin titubear la mujer, quien comenzó a explicarle su vida en un momento. Yo sentía como los músculos de mi cuello se relajaban uno a uno y mi respiración parecía dejarse controlar por mi voluntad. Al menos los insultos se habían acabado. Bajó enseguida una de ellas y en la siguiente parada, la otra. Siguió el trayecto. Y la vida.

lunes, junio 14, 2004

Triángulo

Ayer ví una película muy triste. "Wilbur se quiere suicidar" me gustó. Una trama completamente predecible y poco original, pero una manera de contarla divertida y gráfica. Logra plasmar instantes y sensaciones y deja cosas para pensar. Opuestos que se invierten. Extremos que se cruzan con sutileza y se enredan como pantas trepadoras en la pared. Contradicciones absurdas en interacción con la fragilidad de nuestra especie, el amor, la vida y la muerte.
En fin, ahora es lunes y la semana comienza avisando que será dura. Lo bueno es que por fin vuelvo a tener refri. Me estaba olvidando del sabor del café con leche y de cocinar en casa al medio día.

sábado, junio 12, 2004

Chinitos

Aún siento los estragos del alcohol en mi sangre, podría exagerar y decir que hasta siento los eritrocitos flotar en un líquido de color parecido a vino tinto barato . Me siento un poco cruda y además estoy rodeada de desorden y lo más preocupante es que, aún así, me siento bien. Noto el calor. Y noto también una sensación de alegría. El paseo que di por el barrio hace un rato me logró acalorar realmente y hasta empiezo a preocuparme por que mi termostato se esté poniendo en orden. Pero en casa se está muy bien. Tengo rasguños en los brazos y una goma ajena, que logran vincularme con la realidad y aislar mi sensación onírica para eclipsarla con el consciente colectivo. Odio sentir como mis letras tienden al estilo itelectualoide pretencioso. Pero amo pensar en voz alta y poder dejarlo plasmado en medio. Estoy convirtiendo este enorme párrafo en un texto ininteligible... pero que más da. Finalmente el único destinatario explícito es mi propio yo, que muchas veces se comunica conmigo por medio de las palabras que fluyen sin apenas darme cuenta.
Siento soberbia. Tengo ganas de mirarme en el espejo, quizá para encontrarme. O para no estar sola. Tengo la fantasía de desdoblarme en dos partes porque creo que no podría encontrar a una mejor persona en el universo. Me conformo con saber que puedo compartir conmigo las 24 horas del día. Me leo insoportable, lo sé... pero me encanta..

miércoles, junio 09, 2004

Miércoles que parece lunes

Hoy es un día raro. Dormí tanto ayer que siento como si fuera lunes. Después de lo intensivo del congreso tengo una extraña paz que no logra que me estrese ni el cerro de cosas pendientes que tengo en estos días.
También es el clima. Desde que vivo aquí pienso que Barcelona es una ciudad totalmente estacional y ahora me siento en verano. Los olores y los paisajes urbanos son casi opuestos a los del invierno. Que bien.

domingo, junio 06, 2004

Desde el PCST-8

Escribo estas líneas desde el ordenador de la sala de ponentes del PCST-8. Acaba de terminar la sesión de clausura y aún me quedan ánimos para teclear. Todo salió bien, con los esperados incidentes inherentes a la ineludible presencia de la Ley de Murphy (quién quedamos que es Murphy???) pero al menos ya acabó. Aún quedan un par de días de trabajo intenso, por el seminario de periodismo científico, pero al menos habrá menos gente y las responsabilidades son menores.
De todo: satisfacción, adrenalina, contactos y siempre alguna nostalgía que no se escapa ni con la saturación mental. Tarde libre!

jueves, junio 03, 2004

Pero el agua hay que dejarla correr...

Hoy es uno de esos días en los que no puedo evitar cantar. Ultimamente me he dado cuenta de que encuentro una forma divertida de canalizar muchas cosas por medio de la emisión de sonidos --con más o con menos sentido-- no sólo saco la energía retenida en mi cuerpo, sino también es una forma de comunicarme con mi subconciente... (que no me oiga Freud, pero es igual, eso creo y al respecto poco me importa la teoría).
Referiré mi repertorio de hoy: Comenzó esta mañana con una versión de Nicho Hinojosa de la canción de José Luis Perales "Y ¿cómo es él?", seguida de "en tus manos aprendiiiií a beber aguaaaaaa" (no me acuerdo el nombre) y ahora "claro que sé perder... claro que sé perder... hoy te vas tú maaaaaaaañana me iré yoooo", intercalada con la de Lupita D'lessio "Que ganas de no verte nunca maaaaás" Esta le gusta mucho a Chuy, y a decir verdad, no recuerdo haberla escuchado aún. La estoy bajando de internet, pero con la velocidad de mi conexión... quizá tenga que esperar un poco más. Mientras tanto, que siga la músicaaaaaa!!!!

miércoles, junio 02, 2004

Llegó el día

Luego de tantas espectativas, por fín es 2 de junio. Comienza el congreso PCST-8. He estado tan inmersa en las labores de organización, que casi he pasado por alto lo importante que resulta para mí la participación en las actividades. Una ponencia como primer autor, compartiendo mesa con destacada gente de la televisión de divulgación científica. Por otra parte, relatora de la mesa de análisis del discurso, en la que participan varios de mis profesores del doctorado.
Me gusta tomar conciencia de que me la paso bien. De que mi vida es maravillosa y de que no puedo más que focalizar mi atención en vivir en presente. Recordar detenerme a contemplar el paisaje, quitando de la mira la cima de la montaña. Quiero sentir en cada momento lo mucho que puedo aportar y además... quiero hacerlo. Amo los puntos suspensivos.

martes, junio 01, 2004

Me resisto

No quiero, no, otra vez no...
Tengo la sensación de que las historias terminan siempre de esta manera. Y estoy triste. Incluso tengo ganas de llorar, pero no lo haré. Siento mucha impotencia porque sé perfectamente lo que tengo que hacer, sin embargo no encuentro nada más complicado que dejar algo que me hace sentir tan bien.
Hay cosas con las que no estoy dispuesta a vivir... eso es lo único que tengo claro. Y, visto de esta manera, resulta evidende que no existe disyuntiva... hay sólo un camino y aunque me duela en el alma, lo tendré que emprender. A tomar valor...
A final de cuentas comienzo a tomar conciencia de que la vida está hecha a base de ciclos. Y lo importante está en no perder nunca de vista que cuando estás muy bien, estarás mal... que cuando estás mal, estarás bien.