sábado, junio 12, 2004

Chinitos

Aún siento los estragos del alcohol en mi sangre, podría exagerar y decir que hasta siento los eritrocitos flotar en un líquido de color parecido a vino tinto barato . Me siento un poco cruda y además estoy rodeada de desorden y lo más preocupante es que, aún así, me siento bien. Noto el calor. Y noto también una sensación de alegría. El paseo que di por el barrio hace un rato me logró acalorar realmente y hasta empiezo a preocuparme por que mi termostato se esté poniendo en orden. Pero en casa se está muy bien. Tengo rasguños en los brazos y una goma ajena, que logran vincularme con la realidad y aislar mi sensación onírica para eclipsarla con el consciente colectivo. Odio sentir como mis letras tienden al estilo itelectualoide pretencioso. Pero amo pensar en voz alta y poder dejarlo plasmado en medio. Estoy convirtiendo este enorme párrafo en un texto ininteligible... pero que más da. Finalmente el único destinatario explícito es mi propio yo, que muchas veces se comunica conmigo por medio de las palabras que fluyen sin apenas darme cuenta.
Siento soberbia. Tengo ganas de mirarme en el espejo, quizá para encontrarme. O para no estar sola. Tengo la fantasía de desdoblarme en dos partes porque creo que no podría encontrar a una mejor persona en el universo. Me conformo con saber que puedo compartir conmigo las 24 horas del día. Me leo insoportable, lo sé... pero me encanta..