miércoles, octubre 27, 2004

Cuidado con los abuelos de mal humor

Dicen que la gente mayor suele ser más "geniuda", pero si sus abuelos tienen cambios importantes de conducta, quizá no sólo se traté de "la edad".

Trastornos de conducta, signos de alerta para la enfermedad de Alzheimer

por Karla Islas Pieck

Los trastornos de conducta como la depresión, las alucinaciones, la agresividad o la agitación son signos de alerta que deben tomarse en cuenta, ya que pueden estar enmascarando el comienzo de una demencia.

El Dr. Oscar López, profesor y director asociado de “Clinical Care Alzheimer's Disease Research Center”, Pittsburgh, explicó que cuando una persona mayor sufre cambios en su conducta o personalidad, es motivo para acudir al especialista a pesar de que no tenga ningún tipo de trastorno cognitivo.

Refirió que estos cambios de conducta muchas veces son ignorados o son interpretados como un problema psiquiátrico, y en este sentido, destacó la importancia de que el médico de familia realice un seguimiento especial ya que tienen un alto riesgo de sufrir la enfermedad de Alzheimer en un lapso de 3 o 4 años.

Precisó que de la población general mayor de 65 años, el 20% padecen depresión, 11% agresión, 3% ideas delirantes y el 1.3% padecen alucinaciones, muchos de ellos, están relacionados con procesos de demencia.

Para seguir leyendo: Agseso.com

domingo, octubre 24, 2004

La web es un calcetín

A pesar de el gran número de internautas y de la enorme cantidad de información que circula cada día por la web, parece que nunca es demasiado grande para las coincidencias.
Recuerdo la teoría que dice que todos los habitantes del mundo estamos conectados, como máximo, por siete personas. Es decir, que hasta el más recóndito aborigen australiano, ha entrado en contacto con alguien que a su vez, a contactado con alguien, que a su vez... así y en un total de siete llegaría a ti o a mí. Y si ya las coincidencias cotidianas resultan gratas y sorprendentes, las "cibernéticas" son impensadas.
El otro día me encontré con Daniel, un alumno del master que se coordina desde la oficina en la que trabajo. Lo primero que me dijo fue "encontré tu blog, me pareció interesante". Esto, por supuesto, no es la primera vez que me pasa, incluso mi padre me llamó desde México el día que hizo el extraño descubrimiento. Eso no es demasiado raro, ya que mi blog es el primer resultado que sale al hacer una búsqueda nominal en google sobre mi persona.
Lo que realmente me llamó la atención, es que Daniel no llegó a Topos Uranus, ni por medio de otro blog (lo cual también es bastante común) ni por medio de una búsqueda sobre Barcelona o sobre Platón (me ha pasado, ja) no. La búsqueda que realizó, según me comentó ese día, fue "caca de perro", buscando información para un reportaje.
Ustedes... ¿cómo han llegado hasta aquí?

domingo, octubre 17, 2004

El eterno retorno

Me acuerdo cuando leí "Aura" en la escuela. Fué uno de los primeros libros cuya lectura realmente realicé, porque al ser tan breve, no salía a cuenta leer el resumen en "los mil libros" para hacer el trabajo de la clase de Literatura.
Lo disfruté mucho... es más, casi me atrevería a decir que esa experiencia influyó muchísimo en el gusto por la lectura que conservo hasta ahora y que cada día lucho por no dejar a pesar de el poco tiempo libre que me queda.
También recuerdo que nunca había puesto tanta atención en clase, ya que en lugar de tener miedo de que me preguntaran un detalle que justo no aparecía en la breve síntesis que había parafraseado en mi texto, me sentía con ganas de participar, opinar y preguntar.
Hablar sobre la noción del tiempo elíptico que emplea Fuentes en este libro es algo que me impactó mucho. Pero cada vez me sorprende más.
A veces siento como si estuviera dentro de una espiral y me acuerdo de Aura. En ocasiones me veo como poniendo pausas en diferentes momentos de mi vida. Como si todo siguiera estático y yo pudiera brincar de un entorno al otro... repitiendo patrones. Tropezando una y mil veces con la misma piedra. Disfrutando con lo mismo, las mismas direcciones, repitiendo argumentos y volviendo a empezar...
Y lo mejor es ver que todo permanece... o casi todo. Cada vuelta de la elipse aporta cambios inmutables. Enriquecedores y misteriosos. Es como si supiera lo que sigue y aún así me asombrara...

jueves, octubre 14, 2004

Menos mal

Ayer, comprando un pantalón en el Pull & Bear del Portal del Ángel:

Yo: Oiga, ¿este pantalón no costaba 11.90?

Dependienta: No, no, cuesta 14,90

Yo: Ah, es que en la etiqueta pone 11.90

Dependienta: Ah, si. Pero es que es solo un precio orientativo.

Yo: :-O

miércoles, octubre 13, 2004

Cumpleaños número 26

Ayer cumplí 26 años. Es la primera vez que no apago velas encima de un pastel al sonido de "las mañanitas", es el séptimo aniversario que paso fuera de casa y el tercero, fuera del país. Estoy en el último año en el que puedo beneficiarme de descuentos para "jóvenes" en los trenes, hostales y tarjetas de débito y tengo la edad de las que hace poco me parecían "tremendas lagartonas urgidas de barra en el Station".
Pero llego a mis ventiseis años en un estado de total plenitud. Me siento excelente. Es la primera vez que no me preocupo organizando celebraciones y sin embargo, fue uno de mis cumpleaños más felices, celebrados, felicitados. Recibí un poco menos de llamadas de las que normalmente suelo recibir en mis cumpleaños. Pero todas las importantes cobraron presencia de alguna manera, incluso algún par de felicitaciones inesperadas y sorprendentes que me arrancaron una sonrisa.
La coyuntura de que en España el 12 de octubre sea festivo me permitió salir de fiesta en la víspera. Fuimos a un lugar de karaoke cerca de casa "Almodo Bar", Chuy, Rocío, Gil, Ale, Rodrigo, Julio, Paulina, Ana, Marc y algunos amigos de los amigos. Cantamos, bebimos, bailamos y yo me divertí como enana a pesar del elevado grado de alcoholemia que llevaba casi desde salir de casa. La primera en felicitarme fue Bruna, que me envió un mensaje al móvil a las 12:08.
El martes por la mañana, a primera hora al hospital porque a Chuy le dolía mucho el brazo producto de una caída que sufrío de regreso a casa. Por suerte no fué más que una tendonitis y regresamos contentos a preparar algo de comer. Vineron a casa Vicky, Sergio, Lupe, Elena, Fran, Nico, Paz y Llorenç, Chuy, Rocío y Gallo. Comimos y brindamos con Tequila almendrado que me trajo Jaime de México. Llamadas de la familia, los amigos de Aguascalientes y varias llamadas de México, de los amigos de Barcelona y muchos mails en las diferentes cuentas de correo. Una vuelta por el barrio, un helado y a dormir. Hoy, como dicta la tradición en estas tierras, he traído "pastitas" a la oficina para celebrar.

sábado, octubre 09, 2004

Directo al diván

Siempre he pensado que cuando soñamos, también estamos viviendo cosas. La continuidad es lo que las hace diferentes de la experiencia real, pero a veces la intensidad puede ser más importante que muchas otras que sí vivimos y a veces pasamos desapercibidas.
Tengo el sueño recurrente de tener que viajar y no tener la maleta lista. Me pasa mucho. En mi sueño veo el reloj y ya voy tarde para ir aeropuerto o la terminal de autobuses (según sea el caso y la economía onírica) y las cosas por hacer siempre son inversamente proporcionales al tiempo que me queda. Es más, la mayoría de las veces, cuando me doy cuenta ya voy tarde y me entra una angustia espantosa. Por ejemplo, muchas veces sueño que faltan dos horas para que salga mi vuelo desde el DF y y estoy en Aguascalientes... o que pasan por mí y no se ni en dónde está la maleta en la que planeo empacar las cosas.
¿Nunca han soñado que salen a la calle y cuando se dan cuenta, están desnudos... o descalsos?
Cuando soñamos que se muere alguién querido o que algo nos sale mal, al despertar aparece esa sensación de querer asegurarnos de que sólo fue un sueño. De que no pasó y a veces pasan algunos instantes para poder disernir todos y cada uno de los aspectos "reales" y no "reales".
Pero la realidad son fotos... por ejemplo, pensaba que si ayer estuvimos en la playa, disfrutando de un momento muy placentero, hoy eso sólo habita en los recuerdos. Es pasado, no existe. ¿Cuál es la diferencia, entonces, entre haber soñado que ese mismo momento en la playa? Si el episodio del sueño fué tan intenso como el real, ¿se archiva en el recuerdo?, ¿es otra "carpeta", la de las cosas que "no pasaron"?. Pero ninguno de los dos momentos existen ya. Sólo en alguna parte de nuestro cerebro y podemos acceder a él por medio de reacciones químicas y eléctricas que ante algunas ciercunstancias incluso pueden llegar a afectarse (léase demencia, Alzheimer o cualquier deterioro cognitivo con afección de la capacidad de recordar).
Dicen que quien duerme mucho, vive poco... pero ante esta reflexión, me opongo. Pero eso sí, cuando duermas, acuérdate de soñar. Cuando despiertes y notes que has soñado algo digno de almacenar en la memoria, cuéntalo. Escríbelo, hablalo, aunque sea a solas y parezcas loco, pero asegúrate de pasarlo por alguno de los sentidos antes de permitir que se diluya y se olvide.


lunes, octubre 04, 2004

Insólito

El sábado que fuí a actualizar mi libreta del banco, descubrí que tengo un cargo de 155 euros por un concepto de "embargo". Lo primero que hice esta mañana de lunes fue ir al banco para que me explicaran en qué consistía este cobro que yo, obvio, en ningún momento he autorizado.
El banco se deslindó diciéndome que fué una orden del Ayuntamiento y me dijo que si quería saber más, tenía que llamar ahí. Así lo hice y previo a mi identificación con el número de mi tarjeta de extranjera, me explicaron que el importe obedece a una multa por tener la música muy alta, en una fecha del 2002 y una dirección en la que nunca he vivido.
Nunca recibí ninguna notificación. Ni denuncia. Sólo me enteré cuando el cobro ya estaba hecho y ahora resulta casi imposible pedir que se reintegre la cifra a mi cuenta. Vaya robo. Y eso que dicen que esto es el primer mundo... insólito.

viernes, octubre 01, 2004

Cuidado con lo que deseas...

Cuando pidas un deseo, ten cuidado de no pedirlo muy alto. Se puede hacer realidad.

Siempre he sido muy enamoradiza, al grado que mis amigas me decían "este sí que es el hombre de tu vida, ¿no?, el mejor del mundo". Pero yo lo pensaba así. Las personas con las que he compartido algunas etapas de mi juventud, han sido de verdad importantes. Me considero una persona muy entregada y a la que le gusta estar en pareja. Casi-casi dependiente. Es más, creía firmemente que no podía estar sola por mucho tiempo.

Esto, por supuesto, me ha pasado la factura más de una vez, ya que los desencuentros amorosos han sido por demás dolorosos. Muchas veces amanecí con los ojos hinchados después de enclaustrarme a escuchar canciones de desamor pensando en alguién y confienso que algunas veces vencí al orgullo para hacer una (o más) llamadas durante una fiesta y entre copa y copa.

"Como envidio a la gente que tiene la capacidad de no enamorarse", pensé. Creí que podía ser excelente estar cómodamente con alguien sin necesidad de involucrarse hasta los huesos y sin desnudar el alma y dejarla vulnerable. "Cómo quisiera que se me plastificara el corazón".

Lo pensé tan fuerte, que creo que se me cumplió... y hoy más que nunca, estoy convencida que no hay nada más lindo que estar enamorado. Amar duele, porque es un sentimiento que desgraciadamente nunca es completamente recíproco. En las parejas, siempre hay alguién que quiere más y en los rompimientos siempre hay alguién que sufre más. Pero, en este caso, creo que vale la pena el riesgo... que yo sepa, nadie ha muerto de amor. Y lo que no te mata, te hace más fuerte.

¡Que alguién me regrese mi corazón!