Sant Jordi
El 23 de abril es un día muy especial en Cataluña, se celebra el día de Sant Jordi, que cuenta la leyenda, fue quien salvó a la ciudad de un dragón (o algo así...) La tradición dice que los hombres regalan una rosa a las mujeres y ellas un libro a ellos. Pero en la práctica, también se regalan libros a las mujeres.
Este día se respira fiesta por toda la ciudad, y además de que en cada esquina hay puestos de rosas, también hay estantes de libros por las calles. Lo mejor de todo es que las librerías traen a los autores de los libros para que puedan firmarlos. Y hay desde algunos modestos autores locales, hasta reconocidos literiarios como José Saramago, autores extranjeros como Jorge Bucay y personajes mediáticos como Joaquín Sabina.
Mudanza
Todavía no he podido terminar de cambiarme de casa. Van cuatro vueltas que doy de la Barceloneta a Gracia acarreando objetos en coches de amigos y aún me falta por mover el armario, cuatro sillas, la mesa de la tele y el cuadro que me regaló Paxti. Una de las cosas que he reflexionado en este proceso es la capacidad que tengo de atesorar objetos. Hace poco más de dos años llegué a esta ciudad con una maleta mediana. Y no sé cómo he hecho, pero ahora he necesitado más de una semana para poder trasladarme.... y eso que aún no he acomodado las cosas en la nueva casa.
Igual los cambios están bien. Trillada la frase de "casa nueva... vida nueva". Pero creo que el entorno (el contexto, como preferirían llamarlo los lingüistas) influye mucho en nuestra vida.
Efecto dominó
En cierto vagón de la línea 4 del metro de Barcelona, entra una señora mayor y enseguida una mujer que estaba sentada se levanta para ofrecerle en asiento. Acto seguido, se levanta el señor de enfrente de la amable fémina para cecerle el suyo. El jóven que estaba a un lado de este señor, se para y le pide que se siente... así la cadena. En unos instantes, había seis personas de pie ofreciéndole su asiento al que se acababa de poner de pie para ofrecérselo a su vez al anterior. Una escena insólita.
Viajes...
Que duro es volver a la realidad después de un placentero viaje... Este año he tenido la oportunidad de viajar mucho. Regresando de México un fin de semana en Andorra, disfrutando de la nieve. En febrero Roma, en marzo el Mas del Silenci y ahora en Abril Luxemburgo, Bélgica y Holanda.
Dicen que los viajes cambian la vida. Que siempre aportan cosas. Yo creo que aún no acabo de aterrizar del vuelo de Ryanair que ayer me trasladó desde Charleroi hasta Girona... pero tengo la sensación de que este viaje fue mucho más especial que los demás. Ya me sentaré con calma a escribir algunas de las cosas que me sucedieron la semana pasada. Algunas las guardaré sólo para mí... o mejor dicho, para nosotros. Lástima que no puedas leer el español... aún... Chrestch!.
Monja racista...
Venía en un autobus por la Rambla cuando me percaté de que dos monjas (de las pocas que he visto en Barcelona) hacían la parada. Iba sentada hasta adelante y justo cuando estaban validando su billete en la máquina, cuando el autobús arrancó y unas personas estaban atravezando la calle por el paso peatonal, pero lo hacían mientras el semáforo les marcaba el rojo.
La monja, sin pensarlo y en un tono de voz que le permitía ser escuchada por al menos la mitad de los pasajeros, dijo "aaay esta gente... yo no sé lo que hacen en su país, pero aquí se portan muy mal".
Aunque usted... no lo crea!
