martes, abril 20, 2004

Efecto dominó

En cierto vagón de la línea 4 del metro de Barcelona, entra una señora mayor y enseguida una mujer que estaba sentada se levanta para ofrecerle en asiento. Acto seguido, se levanta el señor de enfrente de la amable fémina para cecerle el suyo. El jóven que estaba a un lado de este señor, se para y le pide que se siente... así la cadena. En unos instantes, había seis personas de pie ofreciéndole su asiento al que se acababa de poner de pie para ofrecérselo a su vez al anterior. Una escena insólita.