sábado, mayo 22, 2004

Y a pesar de ello

No sé como estoy en pie. Con lo poco que dormí y la cantidad de información que recibió mi cansado y crudo cerebro esta mañana, ya podría estar durmiendo una placentera siesta en la hamaca... ¡pero no! estoy nada más ni nada menos que en la oficina, redactando (o más bien corrigiendo, que por suerte está casi listo) un artículo sobre los costos de la enfermedad de Alzheimer.
Solo ansio poder concentrarme un poco para terminar y poderme ir a casa a "darme un regaderazo" --que decimos en mis tierras-- y a descansar un poco.
Por si fuera poco, los buzones de mis cuentas de correo están llenas. No sé por qué la gente pareciera que se pone de acuerdo y cuando estoy aburrida y sóla nadie me escribe, pero todo es que esté ocupada para que hasta los que nunca, se acuerden de mí y me manden unas cuantas letras para saludarme. ¡Que gusto! Me encantaría poder contestarles ahora mismo a todos. Pero me los guardo para los momentos de calma.

Ahora me voy que no quiero estar aquí todo el día, hay mejores cosas que hacer...