martes, septiembre 21, 2004

Todo pasa y todo llega

Bueno, pues la boda no sólo llegó, sino que pasó y por cierto, muy rápido. Hace muchísimo tiempo que no me la pasaba tan bien un fin de semana. Incluso disfruté de la fiesta a pesar de los tacones que torturaban mis pies, de la desvelada (que la verdad, las aguanto cada vez menos...), lo cansado del viaje y de estar en un lugar en donde no conocía a nadie y en donde no hablaba la lengua. Estaba realmente cómoda y esa sensación me ayudó a poner en claro algunas de mis ideas.
Dice Jaime que, en el fondo, a pesar de la sensación de las etapas de confusión que aparecen a lo largo de la vida, siempre intuímos lo que pasará, o mejor dicho, lo que queremos que pase... yo no sé. Pero de lo que sí estoy segura es que de las cosas siempre son relativas y se encuentran mayoritariamente en los ojos del espectador. Ya lo decía Einstein, ¿no?.
Pero en fin, volviendo a la boda, creo que hasta le perdí un poco el odio al Francés y aprendí a chapurrear cuatro palabras, lo que sí de plano no logré fue intentar seguir la letra de las canciones que venían en el cuadernillo de misa. Quizá la próxima vez.
Para concluir, una visita relámpago a Carcasone y Andorra, que terminó en típico incidente policiaco con los Mossos de Escuadra... todo por traer encendidas las luces de niebla... Pero no me canso de decirlo, ¡que buen fin de semana!

1 Comments:

At 3:55 a.m., Blogger Jorge Pedro said...

amo tu manera de redactar crónicas, eres genial. besos.

 

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