jueves, julio 14, 2005

Bola de nieve

No quiero escribirlo, porque se hace realidad. Pero tampoco puedo evitarlo. Creo que al pasar las ideas por los sentidos las racionalizamos y las hacemos existir. El sentimiento se genera y entonces se alimenta de si mismo convirtiéndose en una gran bola de nieve imposible de frenar. No estoy segura de querer comenzarla, aunque, si soy profundamente sincera, sé que comenzada está y ahora sólo queda decidir entre intentar frenarla y esperar a que el sol la derrita, o soplar con suavidad generando el efecto mariposa. O arrojar la moneda al aire y así, delegar la responsabilidad y encontrar justificación en caso de fracaso.

Es un momento muy frágil, en el que cada gesto, cada palabra y cada pensamiento toman una importancia desmesurada. Quisiera reposar, digerir, retener o soltar. Pero tengo miedo de hablar o de que el silencio hable. De que una pausa en la partitura sea parte de la melodía y cambie la cadencia.

Creo que las cosas no suceden simplemente. Hay que hacerlas suceder. De manera conciente o inconsciente, pero la voluntad aparece como un elemento casi indispensable en la mayoría de las cosas que nos pasan cada día.

Me siento nuevamente como la protagonista de mi cuento nunca escrito sobre el jarrón enterrado. Sería una buena ocasión para transformarlo en letras…

2 Comments:

At 6:38 p.m., Blogger Jorge Pedro said...

la audacia es el valor mejor recompensado.

 
At 8:23 p.m., Blogger hugo said...

ay, seguro jp se memorizo todos los dichos de su almanaque, tan chibidis.

 

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