lunes, marzo 22, 2004

Incompatibilidad

Hoy leí un texto de una chica egresada de la misma carrera que yo, que se lamentaba que tras haber estudiado un máster con la ilusión de ganar dinero a carretillas, se topó con la realidad. No pude contener mis ganas de responder a sus palabras:

Aunque las letras que escribes, tristemente, están cargadas de cierta dosis de razón, me gustaría alzar la voz por los que decidimos tomar el camino de los postgrados, no precisamente motivados por encontrar un mejor empleo o por ganar dinero a carretillas.
Yo también estudié comunicación, algunas generaciones después que tú, y conozco de cerca que las oportunidades son pocas y es difícil entrar en el mundillo de los medios. Sin embargo, luego de terminar un master y a medio camino del doctorado, estoy perfectamente consciente de que no por ello conseguiré un mejor trabajo. Sé que si hoy volviera a Aguascalientes, probablemente no podría aspirar a un empleo mejor remunerado que el que dejé antes de venirme --y que tenía desde tercer semestre de carrera-- como reportera de un medio local. Seguramente tampoco tendría una plaza de investigadora en la universidad, pues también tengo nociones de cómo funcionan las cosas ahí…
Creo que lograr un trabajo muy bien pagado no es (y creo que no lo ha sido) directamente proporcional al número de títulos que cuelguen de tu pared. Son otras cuestiones las que se conjugan para que estés en el momento adecuado, en el lugar adecuado y con la persona adecuada. Son pocos.
Ahora que parece que “está de moda” hacer postgrados en el extranjero, es creciente el colectivo decepcionado que al volver a casa, se encuentra irremediablemente entre las cifras del desempleo. A diferencia de los compañeros que se quedaron o que quizá ni siquiera pudieron terminar la carrera ante la dificultad (que no imposibilidad) de hacer compatible el trabajo y los estudios. Y que ahora tienen experiencia.
Pareciera que entonces, hacer postgrados “no sirve para nada”. Pero, en lo personal, creo que esa falacia depende absolutamente de los objetivos con los que se decide seguir el camino de la Academia.
Creo que lo importante es que quienes deciden seguir estudiando, tengan suficientemente claro que esto no garantiza el futuro profesional. Que antes de inscribirse en una maestría, especialidad o doctorado, se ciernan perfectamente los objetivos y no se mezclen las ambiciones económicas con las intelectuales. Que muchas veces, no son compatibles…